Mi alma agonizante llora a raudales,
mientras viaja de Torrelavega a Castro-Urdiales,
solicitando,
gritando,
y suplicando,
por un manto de suave y fina piel,
que sea tan dulce como la miel,
y tan cálida como el arcángel Gabriel.
27/05/2014
Iván Lus
@LusDIvan