Derrotando a los espíritus has llegado hasta mi,
luchando de manera disciplinada y estricta,
cantando, mientras tus ojos amarillos miran al techo,
ruborizándote mientras te hundes en mi abrazo,
y haciéndome soñar con tus delicias.
¿Cómo puedo defenderme de ti,
ahora que te has abierto paso hasta mi cripta,
ahora que te has tumbado sobre mi pecho,
rodeada por mis fuertes brazos,
y te has dormido bajo mis caricias?
Ni puedo ni quiero.
Porque eres más que mona,
eres realmente hermosa.
Porque siento los golpes de tu sonrisa,
y por tus deseos mi alma se vuelve sumisa.
Porque el resto de ángeles envidia tu cantar,
y que a mí me deja sin fuerzas para andar.
Así que, Diosa Celestial de Ojos de Espejo Amarillos,
permíteme seguir disfrutando de este teatrillo,
y si se rompe mi piedra, recuerda que soy solo un hombre,
un hombre que te desea, y necesita ser tu caballeroso
superhombre.
05/06/2015
*En la siguiente entrada a otro de mis blogs, intento expresar lo mismo de otra manera:
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