de un lugar sin vuelta atrás.
Renuncio a esta triste vida,
a un mundo de hipocresía,
de mentes embotadas,
y personas astadas.
No hay rumbo más incierto.
Desconocido hasta el último momento.
Pero no me quedan atrás respuestas interesantes,
sólo me libro de hostiles susurros incesantes.
Me espera la aventura por definición definitiva,
pero nada hay más dificil que apostar tu vida.
Repito lo que dijo el poeta,
probablemente desde su celda:
“Adiós, hermanos, camaradas, amigos,
despedidme del sol y de los trigos”,
y ¡adiós mentira!, ¡adiós tortura!,
espero encontrar mucha más dulzura.
20/07/2011
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